Una anécdota en el transporte publico
Inicio su discurso diciendo que su nombre es Claudia, pero que en el bajo mundo la conocen como "La pitufa". En una ruta del Transmilenio repite una y otra vez la misma charla, en el primero, en el segundo y algunos casos en el tercer vagón cuando es el caso.
No fui la excepción en atender lo que decía, hay algo autentico en lo que dice, si es verdad o es mentira no lo puedo afirmar, pero logro entender algunas cicatrices en su cuerpo cuando la escucho relatar tan solo un poco de esas anécdotas.
Inicia diciendo que fue Ladrona, tubo piojos y anduvo en las calles de Bogotá llena de orines, hoy veo una señora, que carga el peso de sus decisiones, cuando apenas era joven y su camino se torció, quizás su historia no esta lejos de ser parecida a la de muchas personas en la ciudad de Bogota, y quizás en muchas partes de Colombia y hasta en el mundo.
Nacio en el seno de una familia joven, un padre que nunca la reconoció y una madre que quizás por la misma ignorancia que trae consigo la juventud, no la supo educar y orientar, y por eso termino en las calles de la perdición en Bogota, robando, y haciendo mucho daño a las demás personas.
Esta mujer que parecía ser tan fría, fue movida por un sentimiento del cual nadie esta epcento de sentir aunque no sea correspondido, ese sentimiento es el amor, pero se enamoro de la persona menos apropiada, una persona de la calle, fría y despiadada.
Le golpeaba constantemente, y un día le roció un ácido en el cuerpo comprometiendo casi un 80% de su cuerpo, ese día pensó que seria su fin, pero Dios en su gran misericordia le dio la oportunidad, y de seguro así fue una y otra vez, como lo menciono en el transporte.
Andaba en muletas por que había sufrido unos disparos en sus piernas pero la misericordia de Dios, no permitió que quedara paralitica, o que perdiera una pierna o lago parecido, hoy Claudia una señora es testimonio vivo de las veces que Dios la ha salvado, termino su discurso en el transporte publico cantando una canción afirmando que lo importante es actitud y la personalidad,, y eso es tan solo una parte de los hechos que recuerdo menciono y que ahora deseo contar.
No se podía ir sin antes recoger algunas monedas, mentira o verdad de un 100% o un 50% de lo contó no lo sabemos, solo sabemos que quizás no solo en la ciudad de Bogota, pero en el transporte publico es una constante la venta ambulante, los testimonios crudos y desgarradores para recolectar dinero, en rutinas reiteradas.
Es inevitable que algunas historias como la de Claudia no te toquen, por que hoy en día es una señora que desea redimirse en la vida, y hacer las cosas mejor, este tipo de testimonios nos lleva a pensar y valorar lo que somos, lo que tenemos, también nos lleva a pensar, ¿Que podemos hacer nosotros, dentro de esta problemática? creo que la respuesta para esto es no ignorar la realidad, y convertir nuestros pequeños gestos en grandes hazañas.
Por que de lo pequeño, un abrazo, un concejo, una sonrisa, un poco de comprensión iremos a lo grande, iremos a ser testimonios vivos de la voluntad de Dios, para que nuestra fe, sea luz para otras personas, que necesitan de ello.
No fui la excepción en atender lo que decía, hay algo autentico en lo que dice, si es verdad o es mentira no lo puedo afirmar, pero logro entender algunas cicatrices en su cuerpo cuando la escucho relatar tan solo un poco de esas anécdotas.
Inicia diciendo que fue Ladrona, tubo piojos y anduvo en las calles de Bogotá llena de orines, hoy veo una señora, que carga el peso de sus decisiones, cuando apenas era joven y su camino se torció, quizás su historia no esta lejos de ser parecida a la de muchas personas en la ciudad de Bogota, y quizás en muchas partes de Colombia y hasta en el mundo.
Nacio en el seno de una familia joven, un padre que nunca la reconoció y una madre que quizás por la misma ignorancia que trae consigo la juventud, no la supo educar y orientar, y por eso termino en las calles de la perdición en Bogota, robando, y haciendo mucho daño a las demás personas.
Esta mujer que parecía ser tan fría, fue movida por un sentimiento del cual nadie esta epcento de sentir aunque no sea correspondido, ese sentimiento es el amor, pero se enamoro de la persona menos apropiada, una persona de la calle, fría y despiadada.
Le golpeaba constantemente, y un día le roció un ácido en el cuerpo comprometiendo casi un 80% de su cuerpo, ese día pensó que seria su fin, pero Dios en su gran misericordia le dio la oportunidad, y de seguro así fue una y otra vez, como lo menciono en el transporte.
Andaba en muletas por que había sufrido unos disparos en sus piernas pero la misericordia de Dios, no permitió que quedara paralitica, o que perdiera una pierna o lago parecido, hoy Claudia una señora es testimonio vivo de las veces que Dios la ha salvado, termino su discurso en el transporte publico cantando una canción afirmando que lo importante es actitud y la personalidad,, y eso es tan solo una parte de los hechos que recuerdo menciono y que ahora deseo contar.
No se podía ir sin antes recoger algunas monedas, mentira o verdad de un 100% o un 50% de lo contó no lo sabemos, solo sabemos que quizás no solo en la ciudad de Bogota, pero en el transporte publico es una constante la venta ambulante, los testimonios crudos y desgarradores para recolectar dinero, en rutinas reiteradas.
Es inevitable que algunas historias como la de Claudia no te toquen, por que hoy en día es una señora que desea redimirse en la vida, y hacer las cosas mejor, este tipo de testimonios nos lleva a pensar y valorar lo que somos, lo que tenemos, también nos lleva a pensar, ¿Que podemos hacer nosotros, dentro de esta problemática? creo que la respuesta para esto es no ignorar la realidad, y convertir nuestros pequeños gestos en grandes hazañas.
Por que de lo pequeño, un abrazo, un concejo, una sonrisa, un poco de comprensión iremos a lo grande, iremos a ser testimonios vivos de la voluntad de Dios, para que nuestra fe, sea luz para otras personas, que necesitan de ello.
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